Agroquímicos

 

Los agroquímicos son todas aquellas sustancias que se utilizan en la agricultura para el mantenimiento y la conservación de los cultivos.
Éstos pueden ser herbicidas, fertilizantes o insecticidas entre los más conocidos.
Entre ellos tenemos lo plaguicidas: Los plaguicidas son productos químicos empleados para repeler insectos o plagas que atacan los cultivos. Entre los más comunes se encuentran los insecticidas, fungicidas, rodenticidas (atacan roedores), herbicidas, desinfectantes, esterilizantes de huevecillos… la lista es larga.
Antiguamente, los agricultores repelían las plagas de forma natural. Hoy día, para “proteger a los cultivos”, muchos agricultores emplean sustancias que dañan el medio ambiente y la salud humana.
Asimismo, las plagas desarrollan resistencia a los plaguicidas, por lo que cada vez se utilizan cantidades mayores de estos químicos, y se generan entonces plagas nuevas, desencadenando así un círculo vicioso.
En cuanto a la salud humana, las consecuencias del uso de agroquímicos en los cultivos no son menos graves. Se han documentado una serie de problemas relacionados con la intoxicación de plaguicidas. Ésta produce efectos tanto a corto plazo (vómitos, diarreas, dolores de cabeza, abortos, somnolencia, quemaduras, incapacidad de producir espermatozoides de calidad) como efectos crónicos (Mal de Parkinson, Cáncer, Edema Pulmonar, enfermedades del hígado, Leucemia, Esterilidad Masculina, Malformaciones, Mutaciones, Anormalidades Renales, entre otros).

Los químicos utilizados en los cultivos envenenan el suelo, mismo que pierde la capacidad de regenerarse. Después de un tiempo, la tierra se “cansa” y deja de ser fértil.
Las principales funciones de los agroquímicos es proporcionar nutrientes químicamente, matar insectos y microorganismos (insecticidas), eliminar todo tipo de malezas (herbicidas), o incluso también eliminar hongos y algas de los cultivos (fungicidas).
Actualmente la utilización de agroquímicos se encuentra descontrolada 
lo que provoca severas contaminaciones en las napas subterráneas ya que estos permanecen en el agua.

Efectos Negativos en la salud:
Producción de enfermedades tales como, cáncer en la piel, pulmonar, leucemia, trastornos teratogénicos, mutaciones, malformaciones, esterilidad, alergias respiratorias, problemas gastrointestinales, dermatitis de contacto.
Ecológicos:
Afectaciones del entorno, del ecosistema, así como la proliferación excesiva de otros organismos que cambian la biota del ecosistema.
Humanos:
Afectaciones a los individuos con la aparición de problemas de salud en ellos y su descendencia.
Impactos sociales a grupos de personas:
Afectaciones en grupos de productores de una misma comunidad, en cuanto a su calidad de vida, problemas de salud contraída.
Impactos psicológicos en los individuos:
Existen afectaciones psicológicas en los individuos tales como frustraciones, conflictos, inseguridad, traumas, calidad de vida inferior, necesidades individuales.

Los plaguicidas son productos químicos empleados para repeler insectos o plagas que atacan los cultivos. Entre los más comunes se encuentran los insecticidas, fungicidas, rodenticidas (atacan roedores), herbicidas, desinfectantes, esterilizantes de huevecillos… la lista es larga.
Antiguamente, los agricultores repelían las plagas de forma natural. Hoy día, para “proteger a los cultivos”, muchos agricultores emplean sustancias que dañan el medio ambiente y la salud humana.
Los químicos utilizados en los cultivos envenenan el suelo, mismo que pierde la capacidad de regenerarse. Después de un tiempo, la tierra se “cansa” y deja de ser fértil. Contaminan también el agua, que posteriormente es consumida por animales y humanos. Por ejemplo, se sabe que el efecto del DDT, un pesticida ampliamente utilizado, acelera la extinción de una gran variedad de aves.

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